Innovación Intuitiva en Turismo

Hace tiempo que le estoy dando vueltas a una idea que creo que es muy representativa en el sector servicios en general y en turismo en particular, dado que es un sector de servicios de los que se entienden por “poco valor añadido”, requiriéndose un nivel “bajo” de formación de los trabajadores del sector.
La idea me surgió a partir del concepto “Innovación espontánea” de la Guia d’Innovació en Serveis que ha publicado el CIDEM recientemente. En esta guía, la Innovación Espontánea o Emergente se refiere a “la que de manera natural realizan las personas para adaptarse a las oportunidades a corto y medio plazo”. Es para mí éste un concepto nuevo de innovación definido como tal, pero hacía tiempo que le daba vueltas a la idea de que las personas que se relacionan con los turistas (aunque en teoría tienen un nivel “bajo” de formación) tienen que tener un papel fundamental en el desarrollo de un destino turístico.
Así, llamo de ahora en adelante “Innovación Intuitiva” a la innovación basada en las nuevas formas de aportar valor al cliente, que son espontáneas pero que se basan en el contexto de la situación que las producen.
Un ejemplo de Innovación Intuitiva que me pasó a mí y que contribuyó a que el hotel tuviera dos clientes fidelizados: estaba desde hacía 3 meses por cuestiones de trabajo en un hotel en La Haya. Conocía a los recepcionistas y tenía la relación que puede tener un huésped de negocios que está en un hotel de lunes a viernes. Otro cliente de habla Hispana, que no hablaba inglés ni francés, requería una información o un servicio o una explicación sobre algo que era importante, no recuerdo qué, y no se entendía con la recepcionista. Como no se entendían y yo acababa de llegar a la habitación, me llamaron por teléfono para ver si podía participar en la comunicación. Hablé 2 minutos con el cliente y 1 minuto con la recepcionista, y quedó aclarado el tema. Al día siguiente al llegar al hotel, había una cesta de fruta en mi habitación y una nota del director agradeciendo mi intervención: el recepcionista había entendido lo importante que era para el cliente hacerse entender y había creado una solución inmediata y adecuada para resolver el problema.
Para la Innovación Intuitiva, efectivamente, no se requiere un nivel de formación reglada muy alto, el innovador continua siendo el camarero, el animador, el recepcionista, etc., pero se requiere una capacidad de analizar al cliente desde muchos puntos de vista (muchas entradas y variables sobre su aspecto, estado de ánimo, capacidad de comunicación, etc.), un ojo clínico, que hay algunas sociedades que puede que lo tengan y otras, en menor medida. Esto explicaría un componente importante de la evolución de los destinos turísticos y daría un rol muy activo a las “personas de bajo nivel de formación” así como se han definido en los entornos académicos actuales.
Ahora bien, con el incremento de la competencia, ¿qué hacer con esas cualidades que no se pueden aprender en un sentido formal y con las que no se cuenta en sectores industriales, en los que no se ve la cara del cliente? Propongo lo siguiente: 1)Para las empresas, buscar esas cualidades en los empleados que la empresa turística contrate en el futuro. Para ello pueden ir bien las dinámicas de rol. 2) Para los centros de conocimiento en turismo, empezar a hablar de sociología, psicología, análisis de perfiles sociales, respuesta a demandas concretas, capacidad de reacción del individuo y todas esas otras cosas que desconozco pero que constituyen el “ojo clínico” de las personas. 3) para las Administraciones Públicas, entender que I+D+i no sólo tiene el componente científico y tecnológico, sinó que, particularmente en sociedades de servicios, tiene un componente social definitivo, que hay que empezar a analizar y estudiar metodológicamente.
Y a ver si es verdad, esto de la Innovación Intuitiva.

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