Fue una pequeña decepción la parte inicial de la Jornada sobre “Tendencias de responsabilidad social en las empresas” que el pasado martes 23 tuvo lugar en la Cámara de Comercio de Mallorca. Fue una decepción porque las cuatro organizaciones o empresas que hablaron de sus tendencias en lo que refiere a responsabilidad social, en mi opinión se habían limitado a preguntarse: “¿Qué estamos haciendo ahora que podamos decir que sirve para la Sociedad?”, y así, identificaron Responsabilidad Social con Prevención de Riesgos laborales, gestión de la Calidad, Gestión Medioambiental, convenios con ONG, cumplimiento de las leyes… Todos ellos confundían la coherencia con los valores de la empresa (o de sus creadores) con responsabilidad social.
Yo creía que iba a escuchar cómo se están organizando las empresas para ser sostenibles en el siglo XXI, pero no. Siguen pensando según los esquemas del siglo XX. De entrada, todas tienen visión de continuidad: “Queremos ser sostenibles en el tiempo…” Sostenible implica tres cosas: viable económicamente, con mínimo impacto ambiental y socialmente responsable. ¿Quién habla aquí de continuidad?. Ya no hablemos del mantenimiento de los valores de los creadores de las empresas. Esos (en casi todos los casos que se presentaron) eran valores del siglo XX, y seguramente esos creadores del siglo XX, todos visionarios y emprendedores, pensarían de forma muy diferente en el siglo XXI, ya que esto es otra cosa, otro mundo.
Cuando se habla de “reinventarse”, se trata de eso, de romper el molde. De buscar formas diferentes de hacer las cosas (por cierto, OTRAS, cosas), de forma que todos vivamos mejor. Hablaba con mi amiga Paula que uno no puede reinventarse cuando tiene 100 personas detrás. Cierto, sin duda. Eso también tenemos que pensar cómo lo resolvemos. Mi amiga Paula, por supuesto, pero TAMBIÉN las 100 personas que tiene detrás. Porque todos tenemos que reinventarnos. Y la innovación identifica y sistematiza los mecanismos para reinventarnos. Así que sistemáticamente y cada día, todos tenemos que innovar. Sin estrés, ¿eh?, pero con un poco más de compromiso, entusiasmo y riesgo que los que van a hacer conferencias sobre Responsabilidad Social… Aunque no es fácil, nunca lo es, y pido disculpas a los aludidos por la crítica sin aportaciones adicionales al cómo (sería demasiado largo) hacerlo mejor.