Pensar la estrategia de una organización a partir de su propósito

En los últimos años he participado en la definición de la estrategia de diferentes organizaciones: un clúster audiovisual, un clúster químico, un instituto de investigación, una empresa pública, diferentes empresas… y recientemente también un colegio de ingenieros.

Estaba dando una vuelta en qué podía compartir sobre definición de la estrategia de organizaciones que no dependen de una sola persona, la persona propietaria, la persona directiva o la persona empresaria, sino que dependen de un colectivo.

Uno de los elementos a considerar en la definición de la estrategia de este tipo de organizaciones es la importancia del relato: en mi visión, construir una estrategia compartida por el colectivo implica escuchar con atención a los diferentes elementos del colectivo y poner palabras a la canción de la organización, hacer un relato sobre qué es y a qué aspira la organización, y cuál es su rol hacia el colectivo y hacia la sociedad en su conjunto.

En esta misma línea, una vez tenemos el relato de la organización, su canción, es fundamental identificar su propósito, que es la razón por la que tiene que continuar operando en su entorno, lo que se perderá la sociedad y el planeta si la organización desaparece. El propósito para mí tiene más que ver con el sentido de la vida de la organización, es la propia organización quien lo define, y no es lo mismo que la misión de la organización, que es el sentido que se le da a la organización desde los elementos que la constituyen. Al final se trata de observar lo que la vida te da para ofrecer lo que la vida te pide, y el propósito tendría que ver con lo que la vida te pide.

La estructura tradicional de planificación estratégica incluye un análisis interno (quiénes somos, qué queremos, con quién podemos tenerlo y cómo) y un análisis externo (factores políticos, económicos, sociales, tecnológicos, ecológicos y legales que afectan o pueden afectar a la actividad de la organización, entre otros). Estos análisis interno y externo se suelen resumir en un diagrama de debilidades, amenazas, fortalezas y debilidades de la organización (DAFO), y a partir de ahí se define la misión, la visión y los objetivos de la organización para el siguiente período, que suele ser de unos 3-4 años.

En un entorno altamente cambiante como en el que suelen operar las organizaciones, se puede pensar que cada vez tiene menos sentido definir y concretar lo que hará la organización los próximos 3-4 años, ya que en la mayoría de sectores el nivel de cambio es demasiado alto como para mantener una misma trayectoria de la organización durante tanto tiempo. En mi experiencia, tiene mucho sentido hacer por lo menos una vez cada 10-12 años el análisis interno y externo y la definición detallada del propósito, la misión, la visión, los objetivos y los demás elementos porque esto contribuye a crear un relato sobre quién es la organización y qué quiere hacer, como enfoque general, y consensuar entre los diferentes agentes este enfoque.

Sin embargo, una vez hecho esto, se puede observar que el propósito de la organización es prácticamente lo único que no cambia. Es por esto que como parte de la estrategia y pensando en una planificación a más corto plazo, me gusta representar el business model canvas de la organización, cómo es ahora, y el business model canvas de cómo puede ir evolucionando en el próximo período, para tirar de ella hacia allí. Con esta herramienta se puede organizar e imaginar hacia dónde puede evolucionar la organización y se pueden establecer objetivos y resultados clave esperados que lleven a la organización a ser lo que está llamada a ser.

Hacer una revisión anual del canvas y una propuesta de qué debería cambiar constituye un modelo de planificación estratégica a corto plazo que creo que permite adaptar mucho mejor las organizaciones a la inestabilidad intrínseca del momento que nos ha tocado vivir. La simplicidad del modelo hace que sea mucho más fácil de transmitir qué es lo importante para el siguiente período a todas las personas involucradas, lo que les permite alinearse mucho mejor con la organización y tirar todas y todos al unísono en un mismo sentido.

Ecosistema de innovación

En los últimos días de mi trabajo en el IDI impartí, a cargo de la Fundación Universidad-Empresa de las Illes Balears, un curso para doctorandos en el que se habló de dos cuestiones: el ecosistema de innovación y los programas de soporte y políticas públicas para la transferencia de conocimiento. En este post sólo voy a hablar del ecosistema de innovación, ya que me parece un elemento fundamental en cualquier estrategia de innovación.

El ecosistema de innovación es el término usado para describir a los diversos actores, partes interesadas y miembros de la comunidad que son fundamentales para la innovación (Millard, 2018). Incluye a un grupo de actores, actividades y elementos (productos y servicios, recursos tangibles e intangibles, recursos tecnológicos y no tecnológicos), y las instituciones y relaciones, incluidas las relaciones complementarias y sustitutivas, que son importantes para el desempeño innovador de un actor o una población de actores (Granstrand y Holgersson, 2020).

Para Klimas y Czakon (2021) se puede definir como el entorno de cooperación que rodea las actividades de innovación de sus actores en evolución conjunta, organizados a través de procesos de co-innovación, y que dan como resultado la co-creación de nuevo valor a través de la innovación.

La idea que comparten estas definiciones es que, como las personas, las empresas no pueden innovar solas: necesitan un sistema de entidades independientes a su alrededor, y sentir el pulso de ese sistema a través de las relaciones que establecen para ofrecer lo mejor de sí mismas, para hacerse más grandes y más transformadoras.

Los elementos del ecosistema de innovación incluyen:

  • Generadores de conocimiento: Generan conocimiento e impulsan la creación de nuevos proyectos y tecnologías innovadoras. Pueden ser: Centros de desarrollo, de investigación, de diseño, departamentos de investigación y desarrollo en universidades, centros tecnológicos, laboratorios, etc.
  • Entorno tecnológico y de servicios avanzados. Son los que proveen recursos (herramientas, recursos financieros, infraestructura, talento, consultoría, entre otros) al ecosistema para potenciar el desarrollo de nuevos proyectos innovadores dentro o fuera del propio hábitat. Pueden ser: consultorías, desarrolladores, entidades bancarias, incubadoras, aceleradoras, fondos de inversión, centros de formación, espacios de coworking, etc.
  • Estructuras de interfaz. Aseguran la creación de espacios y plataformas para que los diferentes actores colaboren de forma activa. Tienen por objetivo conectar a las organizaciones con intereses similares para que puedan aprovechar sinergias y tomen un mayor impulso entre ellas. Pueden ser: clústers, cámaras empresariales, consejos industriales, secretarías de estado, instituciones, ONG, etc
  • Entorno productivo. Lo constituyen las empresas, que tienen el objetivo de llevar la innovación al mercado.
  • Otros elementos. Pueden ser, entre otros, promotores (medios de comunicación), comunidades de interés, afectados por la actividad de la organización, etc.

Si estás leyendo esto es porque te interesa la innovación, así que te invito, aquí y ahora, a hacer un mapa mental de los elementos de tu ecosistema. Piensa en lo siguiente:

  • ¿Conoces a las personas que hay detrás de las organizaciones de tu ecosistema?
  • ¿Con quiénes de ellos tienes una buena relación, y por qué?
  • ¿Con quiénes deberías empezar a construir una buena relación? 
  • ¿Con quién vas a colaborar para pensar juntos tu próximo proyecto de innovación?

En mi experiencia, cada vez las personas son más accesibles y colaborativas, y trabajar con otros es la clave para llegar lejos, así que ¿a quién vas a llamar hoy?

Claves del Liderazgo en Innovación

Leo con frecuencia opiniones y visión sobre liderazgo en Innovación. Ahora que la digitalización y la robotización son temas de moda, y son algunos de los grandes desafíos de la innovación de empresas y organizaciones, me pregunto quién o quiénes de los «líderes» (/jefes… o jefecillos!) que conozco está en condiciones de emprender estos procesos con garantía de éxito y qué narrativa puedo construir sobre cómo iniciar estos caminos, a partir de mi experiencia liderando procesos de innovación.

En mi experiencia, hay que transmitir visiones, no asignar tareas. Y para transmitir una visión, el líder tiene que verla, y verla clara. Y para eso, tiene que pararse a estudiar, a pensar, a imaginar, a fantasear, a desechar escenarios imposibles y construir en su cabeza lo que le gustaría que fuera, lo que cree que tiene sentido. Y contar, narrar esta visión a los que le rodean, por arriba y por abajo, en todas direcciones. Narrar la visión permite construirla en las cabezas y los corazones de quienes escuchan y, sobre todo, permite modificarla para mejorarla.

Para liderar grandes procesos de cambio se necesita comunicar, comunicar, comunicar. Y con frecuencia no se prevé tiempo de narrar y comunicar en los proyectos. Es como una energía que no tiene tarea asignada, pero sin la cual el cambio no es posible. Hay que establecer y comunicar claramente un tablero de juego, unas reglas (pocas, las mínimas para poder jugar en primera versión, ya se irá complicando luego el tema a medida que vayamos trabajando y relacionándonos con nuestras compañeras de juego), y definir quién juega. El líder del proceso innovador no es el que desglosa el proyecto en tareas, el que maneja los recursos: es el que transmite lo que se está construyendo y permite que los involucrados contribuyan desde su sitio a que sea una realidad.

En Innovación se busca que las personas desplieguen lo que están llamados a ser, su potencial, por lo que las personas tienen que asumir riesgos y, por consiguiente, equivocarse más de lo que les gustaría, de lo que nos gustaría a todos. Más allá de los errores de actitud, vale la pena que, una vez construida la visión, dejar que el proyecto sea lo que las personas que lo construyen sean capaces de construir. En la cabeza, los proyectos son perfectos. En la vida, son la suma de los esfuerzos de las personas comprometidas con ellos.

Es más fácil liderar en un escenario en el que las personas están ahí porque lo han decidido, están comprometidos con lo que hacen y lo que hacen forma parte del sentido de su vida, pero es más interesante y desafiante en entornos más tradicionales. Sólo para valientes.

La gestión de proyectos, clave en la gestión empresarial actual

Hoy en día, el concepto de Empresa está íntimamente ligado al concepto de proyecto. La empresa no sólo innova (es decir, no sólo propone nuevas formas de valor a los clientes de forma sistemática) a través de proyectos, sino que se requiere un enfoque de proyecto para introducir cualquier cambio en la empresa.

Y en un entorno tan dinámico como el actual, donde lo único que permanece es el cambio, hay que introducir nuevos proyectos de forma sistemática en la empresa.

Tener una idea de proyecto es fácil: cualquiera que está en un sector, que se mueve en un mercado, puede identificar nuevas ideas de cosas que puede hacer su empresa para mejorar su situación competitiva. Lo difícil no es tener ideas, ni tener buenas ideas, lo difícil es llevarlas al mercado: proponerte algo, hacerlo y que te lo compren, te paguen (o te paguen más) por ello.

Saber identificar las ideas que pueden tener sentido para el mercado, transformarlas en proyecto (es decir, identificar claramente objetivos, alcance, entregables, paquetes de trabajo, tareas a realizar, recursos involucrados, presupuesto, plan de negocio y planificación), hacer el seguimiento del proyecto (minimizar riesgos y transitar incidencias, verificar que el proyecto no se vaya en plazos y costes, etc.) y cerrarlo con éxito (ver con quién he trabajado mejor, integrar lo aprendido en el proyecto en el día a día de la empresa, ver si mis previsiones de explotación se cumplen y si lo que presupuesté en su día es lo que finalmente ha costado el proyecto), todo eso es lo difícil.

Observo con alegría que tanto en la Universidad como en los centros que ofrecen iniciativas de formación para personas en paro la gestión de proyectos empresariales empieza a ser una asignatura a tener en cuenta. A mi modo de ver, el futuro pasa por la colaboración y la integración de personas en proyectos, el modelo de empresa-padre está destinado a ser sustituido por las personas autónomas e independientes que trabajan en red alrededor de proyectos, y que tienen muy integrada la sistemática de gestión de proyectos.

De Asesoría Empresarial a Servicios Profesionales Avanzados

Este post pretende introducir el «Taller para el desarrollo de capacidades de tutorización de proyectos empresariales», en el que colaboro, que está organizado por COTME (Colegio de Titulados Mercantiles y de Empresariales de Baleares), y está dirigido a cualquier profesional que se dedique a la asesoría de empresas y desee sistematizar el proceso de identificación, desarrollo e implantación de proyectos en sus empresas cliente.

El taller está planteado desde un doble punto de partida:

  • La sistematización de los procesos que derivan de la implantación de leyes es cada vez más evidente: tanto la Administración Pública como las Empresas están desarrollando e implantando aplicaciones que permiten una relación entre unos y otros más transparente, eficaz y simplificada. La tecnología está permitiendo sistematizar los procesos «sistematizables» en su máximo exponente, con lo que una parte del trabajo del asesor la realizará la tecnología.
  • La relativa recuperación económica post-crisis, el valor del dinero de préstamo y los niveles de confianza están contribuyendo a un mayor flujo de capitales, mayor capacidad de inversión empresarial y más posibilidades de articulación de proyectos que vayan más allá del día a día en la empresa.
Si aceptamos este punto de partida como cierto, puede ser una oportunidad para cualquier asesor empresarial (fiscal, financiero, jurídico, laboral, etc.) aprender a identificar y tutorizar proyectos empresariales que se den en sus empresas cliente.
El Taller de Tutorización de Proyectos Empresariales (que se encuentra más fácil si se busca por tipo, «Presencial» y por categoría, «Empresa») tiene un formato muy práctico y en él se trata la siguiente temática:

1. Identificación de proyectos: problemas y oportunidades en la empresa.
2. Preparación de propuestas de colaboración.
3. Ejecución del proyecto de asesoramiento.
4. Fuentes de financiación del proyecto o de la Empresa: Modalidades, negociación y presentación coherente.
5. Proyectos singulares, que destacan por su dimensión o potencial: Perfiles, mecanismos de financiación, especial tutorización
6. Proceso continuo de mejora de la red
Si las máquinas van a acabar asumiendo una parte de las tareas de asesoría de los despachos, es el momento de poner las personas delante, el momento de activar las capacidades de aportar valor, no sólo por dinero o por interés profesional, que también, sino para contribuir a construir el futuro que nos gustaría que fuera.

La empresa que viene

Reflexiono con frecuencia sobre el presente y futuro de empresas, organizaciones y entidades. Observo a medida que voy conociendo, y veo las trayectorias que siguen y el nivel de satisfacción profesional de las personas que ofrecen sus capacidades a estas empresas.
Y hay algunos perfiles de empresa u organización que, en mi opinión, tienen los días contados:
– Las grandes empresas, entendidas no como dice el Ministerio de Hacienda (300 trabajadores, 6 mill de euros de facturación anual), sino empresas que tienen más de 100 asalariados. Las empresas, a partir de cierto tamaño, pierden el sentido en sí mismas. Se les olvida qué han venido a hacer, para qué nacieron, cuál es su objeto, qué ofrecen a la sociedad. Y su sentido pasa a ser generar dinero, exclusivamente. Entonces, identifican la forma más barata de generar dinero, y en esto centran su actividad. Y se disponen a participar en cualquier cosa que implique más dinero, ya que ese es su sentido: trata de personas, armas, especulación (a todos los niveles, porque especular en pequeño también es especular), compra de futuros.
Para mí, estas empresas están destinadas a desaparecer porque han perdido el sentido, y es sólo cuestión de tiempo que sus clientes se den cuenta de ello.
– Las empresas de carrera estelar. Y las personas de carrera estelar que suelen liderarlas. Son empresas, generalmente dirigidas por alguien ambicioso y de espíritu comercial, que acumulan ventas y expectativas, el globo crece, les cuesta ejecutar lo vendido, hacer lo que les pagan por hacer, resuelven los problemas huyendo hacia delante… Hasta que el globo estalla, llevándose por delante a algunas personas que creyeron en el proyecto y confiaron en el vendedor, al vendedor, que difícilmente puede volver a ese mercado, y a los clientes que compraron. Cuando una entidad crece demasiado rápido saltan todas las alarmas, siempre hay uno o más problemas, hay que ponerse en marcha.
Y éstas están destinadas a desaparecer porque no se dan tiempo de vivir, queman la Vida que tienen, no la viven.
En cambio, hay otro tipo de empresa, entidad u organización en la que creo bastante más. Son entidades pequeñas, de 5, 10, 15 asalariados, tal vez 50 trabajadores entre asalariados y colaboradores. Tienen un sentido, una razón de ser. Están abiertas al Mundo y colaboran con muchas otras empresas, entidades u organizaciones en una temática concreta. Están especializadas, son autosuficientes (también, y especialmente, a nivel financiero), trabajan a largo plazo, conocen su mercado y no pierden de vista qué ofrecen, qué tienen para la sociedad. Trabajan para clientes exigentes dispuestos a pagar por un producto o servicio excelente, pero no pierden su independencia ni sus ganas de trabajar a su manera. Sus líderes no se convierten en gestores a medida que la entidad va creciendo, ya que no quieren perder el contacto con los clientes a los que sirven.
El futuro estará constituido por empresas autónomas, independientes y con sentido que colaborarán entre sí para atender grandes demandas. Que se regirán por lo que ofrecen y no por lo que piden al Mercado y al Mundo. Y en ellas trabajarán personas autónomas, independientes y con sentido que contribuirán a las organizaciones en la medida en que la organización vaya en línea con los valores de las personas.
Esto sería un buen escenario, si pensamos a 100 años vista. Visualicémoslo, creamos en él y hagamos los pasos para que así sea. Compartamos con nuestros hijos para que encuentren su camino y sean autónomos, independientes y con sentido, ése es el primer paso.

El final es un principio: Estrategia InnoBalears 2012-2020

Inauguro hoy el resto de mi vida (como cada día, pero más) con el lanzamiento de la nueva web de InnoBalears, que representa el final de un proceso de replanteamiento estratégico de mi actividad profesional   en el que cada vez son más importantes las personas y sus capacidades y deseos y menos las infraestructuras, los sistemas y las políticas.

Observo con interés que tengo ciclos de 7 años: 7 años en la universidad y postgrados, 7 años trabajando para terceros, 7 años en gestión de la innovación planificada, cambio de ciclo cada 7 años. Había que invertir y pensar en qué quiero ser los próximos 7 años, y para ello había que revisar lo que han sido dentro de mí los últimos 7 años, y qué ha pasado ahí fuera, y qué creo que puede pasar en el futuro.

En los 7 años que llevo trabajando bajo la marca InnoBalears, y más de 10 en consultoría de Gestión de la Innovación,  he visto cómo la innovación pasaba de los Centros de Conocimiento (Universidades, centros de investigación, laboratorios, parques científicos y tecnológicos), a las Empresas, y de las Empresas, a las Personas. En este momento, la innovación no pertenece a nadie, nos pertenece a todos. No se genera en ningún sitio, se genera en todas partes.

He visto también en los últimos 7 años cómo se ha intentado promover desde arriba (desde el ámbito político, desde el «sistema») la innovación, y conozco los resultados. En este momento, creo que ha llegado la hora de trabajar para promover la innovación desde abajo, desde las personas que se organizan para vivir de forma consciente, siendo responsables de sí mismos y de su trabajo.

Por ello, inicio una etapa en la que voy a promover la innovación…
…en las empresas utilizando diagnósticos, promoviendo la adquisición de competencias y capacidades de innovación, identificando qué necesita la empresa para innovar y mantenerse en el mercado, dañando lo mínimo al medio ambiente y maximizando el impacto social.
… en los emprendedores, con dos servicios de acompañamiento para la creación de empresas de cara a dotar a las personas con una buena idea de la capacidad técnica que necesitan para llevarla a cabo.
… en los grupos de personas que están intentando organizarse para enfrentar desafíos comunes: grupos de consumo, grupos de trabajo, asociaciones por el bien común, multitudes que financian, compran, crean y comparten el conocimiento de forma colectiva, con un servicio de análisis de viabilidad técnica y económica de iniciativas de innovación social.

Hazte visible si quieres que te acompañe en el camino hacia lo que podemos ser, necesitamos el talento y las capacidades de todos para construir un futuro, diferente del que nos auguran, para nuestros hijos.

Innovación inversa

Leo con interés en El País del Domingo pasado un artículo titulado «La innovación barata emerge», en el que se habla del concepto de Innovación inversa/ reverse innovation, que ya presentó Infonomía en 2009 bajo el título «Trickle up innovation». Escribí ese mismo 2009 una reflexión sobre este concepto que ahora amplío con la visión que tengo ahora de lo que tiene que ser la sociedad del futuro hacia el siglo XXII.

De entrada, el artículo plantea la disyuntiva entre «producto barato para muchos» vs. «producto caro para unos pocos». Los vendedores de productos de lujo lo tendrían claro (ya que defienden el producto caro para pocos), pero tiene sentido que el concepto «producto barato para muchos» sea una tendencia para el gran consumo debido a que los mercados del norte están saturados y los del sur están casi por descubrir… pero con cada vez más poder adquisitivo. Esto no acaba de concordar con la idea de un mundo para todos, ya que la crisis sistémica actual denota que el modelo financiación-consumo tiene unos costes sociales y ambientales inasumibles por una sociedad responsable.

Me sorprende que todavía se hable sólo de innovar para competir, puesto que ya no se trata de eso, sino de innovar para sobrevivir. Sobrevivir como personas, sobrevivir como comunidades, sobrevivir como planeta. Un planteamiento que dice «Innova hacia productos más baratos porque así ganarás más dinero» debería decir «innova hacia productos más baratos, que ayuden a que más personas vivan mejor y que disminuyan el impacto ambiental de los productos actuales»… si de lo que se trata es de respetar a las personas y al planeta en el que estamos, si de lo que se trata es de poder conocer a nuestros nietos.

No es suficiente con que el centro de creación de nuevos productos se traslade al sur, a los países emergentes, sino que además tiene que establecerse su impacto social y ambiental durante todo su ciclo de vida antes de poner la máquina en funcionamiento.

Pensemos cómo queremos vivir, qué nos gustaría ser de mayores y aportemos nuestro grano de arena a lo que será el futuro. Parece que no, pero cada vez somos más los que queremos ser granos de arena…

2010: proyectos grandes, grandes proyectos…

Respondiendo al comentario de uno de mis (según él) «muchos» seguidores abandonados, hace días que quiero hablar de los proyectos en los que he estado trabajando en 2010, dado que parece que tengo mi blog (… y mis «muchos» seguidores) abandonados…

InnoBalears (que soy yo), en el 2010 ha seguido trabajando, (claro!). La tónica de este año ha tomado un cariz más internacional, de proyectos más ambiciosos realizados con la colaboración de muchas personas y empresas, la mayoría no liderados por mí, pero en los que he participado con interés, alegría, compromiso y capacidad (espero!), proyectos que he disfrutado. Sólo voy a esbozarlos, hoy, dar algunas referencias que me permitan hablar, tal vez en otro post, de lo que visualiza 2011 a nivel profesional…

El primer proyecto (que ya empezó en 2009, se paró un tiempo y luego continuó hasta final de 2010) se llama PIMEs en Xarxa. El objetivo del proyecto era definir un modelo metodológico para el trabajo en red entre PYMEs (micropymes, personas, también) que están físicamente separadas. Mi amiga Bel y yo, cuando lanzamos el proyecto, lo hicimos a partir de la convicción de que las personas, cada vez más, trabajamos en red, desaparecen los líderes y las jerarquías, emprendemos algunos proyectos a los que se suman otras personas con los mismos objetivos, y sumamos y compartimos en otros proyectos que tienen que ver con nuestros objetivos. Este proyecto ha sido financiado por el Plan Avanza, y podéis ver sus resultados en este link. Me ha gustado mucho trabajar con todos los involucrados en el proyecto, en especial con Joan Sánchez y Marga Castells, buenos profesionales y amigos, y con Dani Boerner, un no_tan_hermético jefe de proyecto…

El segundo proyecto que quiero comentar hoy ha sido una suerte. Se llama TOUREG, y es un proyecto del VII Programa Marco de la Unión Europea. El proyecto consistía en analizar la situación actual de la oferta y la demanda tecnológica en turismo en tres ámbitos: Energía, Medio Ambiente y Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones. Ha sido una suerte porque mi participación en el mismo ha venido más dada por la coyuntura que por la planificación, dado que participé en la fase inicial de análisis tecnológico en las regiones, elaborando el documento de análisis de la situación en Les Illes Balears, y ahora, al final, contribuyendo a estructurar un plan de acción conjunto entre las regiones participantes para promover el uso e implantación de tecnologías que incrementen la viabilidad social, económica y mediambiental de las empresas turísticas, es decir, su sostenibilidad.

A final de año lanzamos el proyecto HES, Hotel Energy Solutions, un interesante proyecto de desarrollo tecnológico de una herramienta de autodiagnóstico y propuesta de áreas de mejora en eficiencia energética y energías renovables en hoteles. Estoy contenta de poder trabajar en un entorno internacional como el que rodea a la OMT (organización Mundial del Turismo), y el proyecto tiene sentido e interés en un momento en el que la energía cada vez es más cara, y en el que uno de los impactos ambientales importantes de la actividad turística es la emisión de CO2 derivada de la producción y consumo de energía.

Finalmente (y last but not least), este 2010 ha sido el año del lanzamiento de SocialXXII, un movimiento social de nivel regional orientado a la innovación social, a la participación de todas las personas de una sociedad (y sus ideas, su trabajo, su amor) en su propio bienestar, y en el bienestar del Planeta. Este es un proyecto que está trayendo mucho y muy bueno a los que participamos en él, y me gústaría que también a Les Illes Balears (y al Mundo) en su conjunto. Búscanos en Facebook si te apetece conocer más sobre el tema.

Empieza 2011 y con él buenos proyectos, proyectos buenos. Feliz 2011!

Ir a conferencias me enseña, siempre.

Tenía mis dudas sobre si asistir hoy o no a la conferencia organizada por el (nuevo!) IDI en el marco del «Día de la Innovación», dado que no conocía al ponente estrella (Marc Vidal), y no lo había googleado (de otro modo, seguramente no habría tenido dudas, había que asistir…!). Al final, he ido.

Me ha gustado la ponencia. Creo que define en parámetros generales el «qué» en el que estamos todos de acuerdo, aunque ha dicho cosas nuevas para mí (como que hay dos maneras de pasar la crisis: esperar 20 años, o sustituir la burbuja que ha explotado por otra, que ahora es el endeudamiento público (este comentario me ha parecido muy acertado)). Ha hecho una excelente presentación, estructurada, correcta, con sentido, un pelín demagógica, a veces (yo también pedí en su momento la capitalización del paro, y al menos en mi caso no tuve que reintegrar el dinero que me dieron, porque lo gasté en lo que me había comprometido a hacerlo y que los del INEM aprobaron… pero Marc tiene mucha gracia contándolo, eso sí!). Ha presentado la teoría de las tres crisis cruzadas en este momento (hay quien añade la estructural, que tiene una frecuencia de 700 años e implica cambios severos en la sociedad) y ha criticado con mucho sentido el papel de la administración pública en el pasado y en el presente.

Pero la gran enseñanza de hoy no ha sido en la conferencia, sino en el café, cuando me he acercado a Marc (estaba hablando por teléfono, ups!, pero ha colgado inmediatamente…) y le he intentado transmitir (con el estilo directo que me caracteriza) mi acuerdo con el «qué» (qué es lo que está pasando, qué se puede hacer por ahora) y mi desacuerdo con el «cómo», dado que él transmite formas de hacer que yo creo que son las que tenemos que dejar atrás: grandes corporaciones, movimientos en bolsa, vida en los aviones, un pelín de agresividad (que comparto, lo sé y lo siento…), globalización de los proyectos, internacionalización, pocas horas de sueño… De alguna manera, sentía que su discurso identificaba las soluciones en la era ante-crisis del 2009, y que de lo que se trata es de identificar y difundir nuevas soluciones, formas realmente diferentes de hacer las cosas…

Desgraciadamente, desconozco cuáles son las nuevas soluciones. Apenas empiezo a intuir que pasan por organizar el trabajo de personas con talento, por olvidar las luchas de titanes, por dejar de competir para empezar a colaborar todos con todos (no colaborar para competir, sino competir por colaborar…). Emergen los freemarkets, las monedas locales, los mercados de producto local… Se consolida lo «slow», no a nivel masivo, of course, pero creo que ha venido para quedarse.
Desafortunadamente, no he sabido transmitir esto (que para mí tiene sentido) cuando hablaba con Marc, la verdad es que me he sentido muy identificada con él y su momento vital recordando mi vida en los aviones, la bolsa, las grandes corporaciones,… Lo que en mi opinión necesita la sociedad ahora es el conocimiento, la capacidad de trabajo y el compromiso de personas como el ponente de hoy orientados a identificar el «cómo», entendiendo que el «cómo» no puede ser el mismo que ha sido hasta ahora.

Estaré atenta al «cómo» que proponga Marc a medida que lo vaya diseñando.