Innovar es esencial para mantener la competitividad en el tiempo de cualquier organización, pero a menudo se necesita financiación para llevar las ideas a la realidad. Se plantean a continuación las vías más habituales para financiar proyectos de innovación.
Presupuesto interno:
Asignar un presupuesto específico para la innovación es clave. Esta financiación suele utilizarse para proyectos de I+D+i, adopción de nuevas tecnologías, potenciación del ecosistema de innovación de la entidad y desarrollo de talento, entre otras actividades de innovación.
Subvenciones privadas:
Investigue a los potenciales donantes, revise las guías y criterios de las subvenciones, y desarrolle una propuesta personalizada. Recuerde incluir cartas de apoyo y seguir los requisitos de cumplimiento.
Incentivos gubernamentales:
Aproveche créditos fiscales para I+D+i, subvenciones por innovación y programas específicos para pequeñas empresas y proyectos sostenibles. La política de innovación está consolidada a nivel europeo, nacional y regional.
Inversores privados:
Los inversores ángel y el capital riesgo ofrecen financiación a cambio de equidad. Los ángeles suelen ser individuales que invierten en etapas iniciales, mientras que el capital riesgo viene de inversores que buscan alto rendimiento en proyectos con alto riesgo.
Crowdfunding:
Utilice plataformas de crowdfunding para recaudar pequeños importes de muchos inversores. Cree una campaña atractiva, promuévela y mantenga informados a sus patrocinadores.
Socios corporativos:
Alianzas estratégicas, empresas conjuntas, incubadoras corporativas y acuerdos de licencia tecnológica pueden proporcionar recursos y acceso a nuevos mercados.
Con una combinación de estas fuentes, su organización puede asegurar los fondos necesarios para financiar iniciativas que aporten valor a los clientes.