La gestión del conocimiento es un elemento crucial en cualquier estrategia de innovación. La capacidad de capturar, organizar y utilizar tanto el conocimiento interno como el externo puede marcar la diferencia en el aprendizaje a medida que se ejecutan los proyectos de innovación. En este post me gustaría hacer algunas reflexiones sobre el tipo de conocimiento que maneja una organización innovadora y cómo gestionarlo de manera que nos permita aprender del proceso.
Conocimiento interno: Identificar y capturar lo esencial
El conocimiento interno es aquel que se genera dentro de la organización a lo largo del tiempo. Capturar y organizar este conocimiento es fundamental para evitar la pérdida de información valiosa y para mejorar continuamente los procesos de innovación. Aquí se describe una forma de organizar el proceso y los recursos clave a tener en cuenta:
- Identificar qué tipo de conocimiento es importante incorporar a la organización:
- Conocimiento de proyectos de innovación: Documenta cada etapa del proyecto, desde la concepción hasta la implementación.
- Revisiones post-proyecto: Evalúa lo que funcionó y lo que no, para aplicar estos aprendizajes en futuros proyectos.
- Lecciones aprendidas: Registra los aprendizajes clave de cada proyecto.
- Mejores prácticas y plantillas: Crea y comparte plantillas y mejores prácticas para facilitar la repetición de éxitos y evitar crear la rueda una y otra vez.
- Gestión de la propiedad intelectual: Asegura que las innovaciones y descubrimientos estén protegidos y gestionados adecuadamente.
- Crear un Repositorio de Conocimiento:
- Centraliza toda la información y hazla accesible a todos los miembros de la organización.
- Desarrollar un Proceso de Captura de Conocimiento:
- Establece procedimientos claros para la captura, almacenamiento y (sobre todo) acceso a la información, para que las personas que vienen después puedan incorporarlo de la forma más sencilla posible.
Conocimiento Externo: Vigilancia y Prospección Tecnológica
El conocimiento externo proviene de fuentes de fuera de la organización y es igualmente importante para mantener la competitividad, especialmente en todo lo que tiene que ver con open innovation. Aquí se destacan tres actividades clave para la gestión del conocimiento externo:
- Vigilancia tecnológica:
- La vigilancia tecnológica consiste en observar y aprender continuamente del entorno tecnológico para identificar nuevas tendencias, tecnologías emergentes y movimientos de la competencia que pueden tener impacto en mi empresa a corto y medio plazo.
- Análisis y seguimiento del entorno:
- La idea es observar el entorno económico, social y regulatorio para anticipar cambios que puedan afectar a la estrategia de innovación.
- Prospectiva tecnológica:
- Hacer prospectiva implica hacer análisis sobre cómo puede evolucionar la tecnología a largo plazo para prever desarrollos tecnológicos futuros y prepararse para ellos.
Gestionar el conocimiento en innovación no es solo una cuestión de organización interna, sino también de estar atento a los cambios y tendencias del entorno. Al capturar y organizar tanto el conocimiento interno como el externo, las organizaciones pueden mejorar su capacidad de innovación y mantenerse competitivas en un mundo en constante cambio. Incorporar estos recursos y formalizarlos en la empresa es básico en un entorno donde lo único que permanece es el cambio.